El diseño de Lean User Experience (Lean UX) es una mentalidad, una cultura y un proceso que abarca los métodos Lean-Agile. Implementa la funcionalidad en incrementos mínimos viables y determina el éxito al medir los resultados frente a una hipótesis de beneficio.
El diseño Lean UX extiende el rol tradicional de la experiencia de cliente más allá de simplemente ejecutar elementos de diseño y anticiparse a cómo los usuarios pueden interactuar con un sistema. En su lugar, fomenta una visión mucho más completa de por qué existe una característica, la funcionalidad requerida para implementarla y los beneficios que ofrece. Al obtener retroalimentación inmediata para comprender si el sistema cumplirá con los objetivos comerciales reales, Lean UX proporciona un sistema de circuito cerrado para definir y medir el valor.
Lean UX es la materialización de una forma concreta de entender la metodología y el proceso de trabajo por el que se da valor diferencial a los productos de los clientes: enfocar la experiencia de usuario en aportar valor al usuario y menos en los entregables.
El objetivo final es trasladar todos los valores heredados de las metodologías Agile y Lean al trabajo de experiencia de usuario. Si aterrizáramos esta idea a una definición más accesible, la meta sería generar nuevas dinámicas para la creación de productos mínimos viables que aporten valor al cliente y al usuario con menos esfuerzo humano, menos capital, menos material y en menos tiempo, sin que eso provoque un resultado con menos calidad y más fallos.

La aplicación de la metodología Lean a la experiencia de usuario se traduce en:
- Potenciar el trabajo colaborativo. La metodología Lean intenta reducir el volumen de los entregables en favor de un trabajo conjunto con el cliente. El UX juega un rol fundamental en este punto, pues en muchas ocasiones se convierte en el nexo entre lo que trasladan los usuarios potenciales y la organización.
- Validar hipótesis continuamente mediante prototipos y MVPs, iterando cuando sea necesario. Se trata de testar los prototipos con los usuarios en contextos lo más realistas posible para extraer la máxima cantidad de conclusiones sobre el producto, permitiendo pivotar y que éste se adecúe a las necesidades del usuario a la hora de ser lanzado como producto final.
- Construir MMF. Con una hipótesis y un diseño, los equipos pueden implementar la funcionalidad en una Característica mínima comercializable (MMF). El MMF debe ser la funcionalidad mínima que los equipos puedan desarrollar para saber si la hipótesis del beneficio es válida o no.
Un ejemplo del uso de Lean UX es el de la herramienta online Doodle, que ayuda a las personas a programar reuniones de manera más eficiente. Se sincroniza con todos los principales sistemas de calendario (Google, Outlook, iCal de Apple, etc.) y permite a los usuarios preguntar a los invitados de las reuniones sobre un horario que encaje para todos. Doodle utiliza Lean UX para anticipar las necesidades de sus usuarios. Esto les permite construir productos de vanguardia que sus clientes pagarán con gusto y los mantiene un paso por delante de la competencia. Tienen cinco equipos de productos, y cada equipo suele estar compuesto de al menos un gerente de productos, un diseñador de productos, y un número indeterminado de ingenieros, posiblemente incluyendo científicos de datos o ingenieros de datos, según sea necesario en cada caso.
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